Si esta Navidad tienes invitados a comer o a cenar en casa, seguramente entre ellos habrá niños. Los niños se aburren en una mesa llena de adultos hablando de sus temas y seguro que les gustará tener su propia mesa donde poder cenar solos sin que se metan “los mayores”, así que vamos prepararles una mesa aparte donde poder sentarlos, siempre teniéndolos cerca para atenderlos en lo que necesiten pero dejándoles su propia intimidad.
Además, en la mesa que solemos preparar para Navidad, sacamos lo mejor que tenemos en casa: cristalería, cubertería, vajilla y manteles y servilletas…todo nos lo estimamos mucho y suele ser delicado, es decir, no apto para niños y la Navidad no es fecha para estar regañándolos para evitar que rompan cualquier cosa.
La mesa de los niños debe estar decorada con utensilios que no se rompan, que no los pongan en peligro y no se puedan hacer daño con ellos y sobre todo que les diviertan. Ya que los niños suelen ser bastante exigentes vamos a procurarles un ambiente tan acogedor como el de los mayores, pero adaptado a sus necesidades. Así conseguiremos que se sientan tan importantes como los adultos en estas reuniones.
Vamos a buscar cubiertos, vasos y platos de plástico con decoraciones navideñas para la comida, que con facilidad encontraremos en cualquier gran almacén. También compraremos un mantel navideño que no sea de un tejido delicado para no preocuparnos si lo manchan o incluso un mantel de papel que podremos tirar cuando acabe la comida.
Para cerrar esta inolvidable reunión con el momento del brindis, podemos comprar copas de plástico que simulen a las copas de champagne de cristal y en una tienda de comestibles, comprar algún tipo de sidra sin alcohol.
Seguro que tanto los niños como los papás quedarán muy contentos con nuestra organización de esta reunión y todos disfrutarán a su manera.
Fuente | Espacio Hogar
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